Los amigos de Quique le hablan sobre una casa embrujada en las afueras de la ciudad, donde un mago convierte a los niños en gatos y los Diminutos le cuentan al abuelo, que los lleva allí para ver al primo Aniceto y demuestra que no hay fantasmas en la casa. Mientras tanto, Quique y y sus amigos también entran a la casa para buscar al mago.