Todo comienza unas horas antes de la típica cena navideña. Arturo, cansado de ser un fracasado como marido, como empresario y como padre, decide tomar una decisión fatal: acabar con su vida. Pero justo en el momento de consumar el suicidio, se le aparece su ángel de la guarda, que le invita a mostrarle cómo habría sido la vida de su familia si él nunca hubiera existido. Arturo, tras el primer impulso de echar al ángel de casa pensando que es un borracho, decide aceptar la invitación.