Arturo trae a casa a Yusu, la hija de un fabricante de ataúdes chino que está a punto de casarse. A cambio de enseñarle los lugares típicos de la ciudad, pretende sacar un precio de chollo por una tanda de nuevos ataúdes. El encargo de entretener a la china recae en Marcos. El problema viene cuando Marcos y Yusu acaban en la cama después de la primera cita.