El crac del 29 sumerge al planeta en la depresión, justo lo que necesita Adolf Hitler para que su mensaje surta efecto. Josef Stalin también acumula poder con sangrientas purgas, mientras que Japón traza un plan para dominar Asia. Hitler reconstruye su ejército y se propone recuperar el territorio perdido con el Tratado de Versalles. Los aliados se ven obligados a hacer concesiones en Múnich pese a las advertencias de Churchill.