Después de varias incursiones mortales, los Brabant Killers parecen haber detenido repentinamente sus ataques. La investigación se ha estancado y Marc ha sido trasladado a un departamento de Gendarmería donde tiene que hacer trabajo administrativo, para su frustración. Franky huye cada vez más hacia las drogas duras. Bouhouche está preocupado porque Juan Méndez sospecha que le ha robado su colección de armas. Vernaillen continúa trabajando en su investigación privada y comparte sus hallazgos con Marc. Vicky se niega a incumplir su deber de confidencialidad profesional como abogada para ayudar a Marc.