Norte de Francia, 1988. Christine Labot, una joven peluquera y madre de familia, se despierta desorientada en la ribera del río Sambre con signos evidentes de haber sufrido una agresión sexual. Será el primer caso denunciado de una serie de agresiones perpetradas por el mismo hombre a decenas de mujeres durante años. Mientras las denuncias se van acumulando hasta desbordar el sistema, el violador sigue actuando y las víctimas son ignoradas sistemáticamente. Se tardarían más de 30 años en hacer justicia.