Eduard deja la extraña doctora Everest y vuelve a su casa, con la familia. Para su sorpresa, ha estado ausente mucho más tiempo del que él creía. Sus amigos Óscar y Clara se temían que podía haber hecho una tontería. Eduard los calma, pero enseguida siente la necesidad de volver a ver la doctora y proseguir el experimento. Esta vez el experimento resulta más exitoso, pero aún así no es completamente satisfactorio.